Revuelto de champiñones

21/04/16

El pasado 6 de marzo la Comisión Europea anunciaba la imposición de una multa de 5,2 M € a la empresa riojana de hortalizas frescas y en conserva Riberebro por su participación en un cártel de precios y reparto de clientes, en el mercado europeo de las setas y champiñones en conserva, durante más de un año.

En relación con el mismo cártel, la Comisión Europea adoptó el 25 de junio de 2014 (asunto AT.39965) una decisión de transacción (settlement) dirigida a las empresas Bonduelle, Lutèce y Prochamp (32 M € de multa entre Bonduelle y Prochamp; Lutèce recibió la inmunidad solicitada). Transacción en la que Riberebro optó por no participar.

El cártel afectaba las ventas de setas y champiñones para marcas de distribución (o “blancas”), por subasta, a minoristas o mayoristas del sector alimentario (empresas de autoservicio y clientes profesionales como las empresas de restauración).

El objetivo del cártel no era otro que estabilizar cuotas de mercado y detener el descenso de los precios mediante un pacto de no agresión, con un sistema de compensación en caso de transferencia de clientes; y precios mínimos. Para lograrlo, los miembros del cártel intercambiaron información confidencial sobre ofertas, acordaron dichos precios mínimos, se asignaron clientes y se pusieron de acuerdo sobre objetivos de volumen.

Desde el punto de vista procedimental, estamos ante un ejemplo de cártel cuyo procedimiento se cataloga de “híbrido”(como recordaréis la Comisión resolvió  el primer procedimiento «híbrido» de transacción en el cártel de los productores de fosfatos para piensos, el año 2010) en el que la Comisión adopta dos decisiones: la simplificada para las empresas que aceptan la transacción y admiten su participación en el cártel y la estándar para la empresa que decide no aceptar la transacción y con la que se sigue el procedimiento ordinario.

Mientras esperamos la publicación de la Decisión de Riberebro nos parece interesante recordar una Decisión de la Comisión de 8 de enero de 1975 (IV/27 039 – Conservas de champiñones) que también se refería al sector de champiñones enlatados. En aquel caso la Comisión sancionó a cinco productores franceses y a la Asociación Nacional de Exportadores de Taiwán (Taïwan Mushroom Packers United Export Corp, TMPUEC) por haber firmado una convención en Taipéi (el 8 de enero de 1973), mediante la cual se programaban las producciones y las ventas de champiñones en Alemania, fijándose los respectivos precios de venta y repartiéndose el territorio alemán. En dicha convención se incluían cláusulas tan curiosas como la que indicaba que los cinco productores franceses tenían que facilitarle a TMPUEC la entrada de conservas de espárragos taiwaneses en el mercado francés. ¿Trueque o favor?

Suponemos que la noticia de la cuantiosa multa de Riberebro habrá encendido la bombilla reclamadora a varias empresas del sector, quiénes se plantearán acudir a los tribunales e instar una indemnización por daños y perjuicios por prácticas contrarias a la competencia. Cabe esperar que sean empresas vecinas puesto que en La Rioja se concentra aproximadamente un 60% de la producción nacional de setas, hongos y champiñones. Más evidente resulta aún el interés que tendrán en reclamar los clientes de Riberebro. Además, potencialmente, todos los consumidores pueden haberse visto afectados…

Recordemos que el Ministerio de Justicia publicó el pasado mes de enero su propuesta de ley para transponer la directiva europea 2014/104/UE. El texto, elaborado por la Comisión General de Codificación, introduce modificaciones a la Ley de Defensa de Competencia (LDC) y a la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC). Para que esta Propuesta pueda iniciar su tramitación parlamentaria es necesario que reciba el visto bueno –en su versión actual o con modificaciones– del Consejo de Ministros. Teniendo en cuenta la situación actual del gobierno la previsión es… armarse de paciencia.

Probablemente leer este post os haya abierto el apetito. Sólo se nos ocurre recomendaros una cosa: ir a La Rioja, más concretamente a la Calle Laurel de Logroño y preguntar por el bar Soriano o el bar Ángel: hace décadas que compiten para ofrecer el mejor pincho de champiñones de la ciudad 🙂 .